show especiales de pablito en la historia

Los Auténticos Decadentes y Fidel Nadal se subieron a la caravana de la cumbia villera y compartieron escenario con Damas Gratis, uno de los tanques de la nueva movida tropical. Detrás del cartel tripartito, hay algo más: se trata de la consolidación definitiva de un nuevo híbrido musical, compartido por chabones “del palo”, que va y viene "de la calle". ¿Y vos, de qué lado estás?
Mariana tiene jeans gastados, zapatillas y una remera con varias decenas de lengüitas stone. Su típico flequillo viejita está pegoteado a su frente por la transpiración: en el local hace mucho, mucho calor. La gente arde por la música, el alcohol y la danza del estrógeno y la testosterona. Chicos con remeras de los Redondos y Los Piojos se abalanzan sobre aspirantes a diosas, las abrazan cuando pasan a riesgo de comerse un cachetazo o les tiran del pelo, una forma nada sutil de llamarles la atención. También hay pibes y pibas vestidos con equipos de gimnasia, y otros a los que tu abuelo podría describir como “de elegante sport”. El calor no perdona a ninguno. En especial, cuando sobre el escenario se planta uno de pelo largo, con un teclado en la mano, y dice: “Las manos de todos los negros arriba y arriba, porque éste es el show de Damas Gratis”. La frase se repite como un mantra manuchaoesco entre fragmentos de canciones de cumbia villera, la nueva maravilla de la interminable factoría argentina de música “tropical”. Dos mil personas muestran sus palmas, al tiempo que se desata el pogo (que no será el más grande del mundo, pero tal vez sí el más violento). Casi dos horas más tarde, la respuesta del público será igual de entusiasta cuando salgan a escena Los Auténticos Decadentes, con su inagotable cantera de hits nacionales y populares. El lugar se llama Infierno, queda en Monte Grande y esta noche está encantador. De verdad.
El guitarrista de los Decadentes, afirma que llamaron a Lescano porque escuchan las canciones que éste compuso para Flor de Piedra y su nuevo grupo, Damas Gratis: “Nos llamó la atención que se produjera una especie de movimiento nuevo. La cumbia estaba muy estancada en las canciones de amor”. Entonces, completa Cucho, “apareció esto, que es más rebelde, está más ligado al reggae y al rap.
La cumbia gangsta...”. El nuevo paso de la alianza Decadentes–Damas Gratis fue una presentación conjunta en “Pasión tropical”, el programa bailantero que emite Azul. Allí hubo un popurrí de temas de ambas bandas, que no se repitió en Infierno, el local de Monte Grande, por motivos de agenda: Lescano y los suyos tenían ¡nueve shows! durante esa noche.
En realidad, Decadentes y Damas Gratis también debían cruzarse en Escándalo, la bailanta de City Bell famosa porque fue el último lugar donde tocó Rodrigo. Pero allí no hubo otra música que la de algunos bombos: en la puerta del local se armó un piquete con quema de neumáticos incluida. Las noticias que llegaban al búnker de los Decadentes decíanque, la semana anterior, los patovicas del lugar habían matado a un chico y que sus parientes habían decidido tomar el toro por las astas.
Mantenerse despiertos hasta la hora del otro show no fue problema para los músicos, quienes se movieron hasta el departamento de Nito (ubicado en el mismo edificio que la oficina de la banda). Cucho ni siquiera se planteó aguantar: se durmió una buena siesta nocturna. En el plantel había dos bajas: Jorge Serrano, cantante y autor de varios hits Decadentes, estaba con fiebre y dolores de cabeza; Mariano Franceschelli, el baterista, regresó con mononucleosis del último viaje de la banda a México (fue bien reemplazado por Chachi, el hermano de 16 años del percusionista Martín La Mosca Lorenzo). En casa de los Montecchia había un pijama party organizado por las hijas del guitarrista y sus amiguitas, quienes se deleitaban con la música de... Damas Gratis y Flor de Piedra. “Ahora nosotros tomamos el control/ somos los dueños del pabellón/ estamos cansados de tanta represión/ y vamos a salir de esta prisión”, cantaban las nenas. “Yo quiero tomar cocaína/ me tomo una bolsa y estoy pila pila”, cantan un rato después 3 mil personas en Monte Grande. La letra dice “vitamina” en lugar de “cocaína”, pero nadie le da bola al detalle. En una suerte de patio cubierto ubicado detrás de Infierno, tres Decadentes reflexionan sobre las letras de la cumbia villera.
La fiesta del Multipalo”, pregona el cartel de la puerta de Infierno. Los números fuertes son Damas Gratis, Los Auténticos Decadentes y Fidel Nadal (“ex cantante de Todos Tus Muertos”, aclara el anuncio). La entrada cuesta 5 pesos y apenas se traspone la puerta aparece un gran galpón convenientemente decorado, con una barra que ocupa todo el costado izquierdo, el escenario al fondo (sobre el guardarropas), y los baños y pequeñas barras a la derecha. Una es, en realidad, un quiosco de chapa típico de plaza con un cartel que dice “banco de semen” (¿?). El vaso de medio litro de cerveza cuesta 3 pesos (4 si se le agrega menta o granadina) y la soda 2. Con el calor del lugar, los que están detrás del mostrador no dan abasto con los pedidos. La gente recibe bien a Fidel y su banda Anbesa, que despliega su reggae religioso–militante. Después suben Jimmy y el Combo Negro, uno de los proyectos de laboratorio de Lescano. Detrás de escena, el cantante de Damas Gratis llega, saluda a todos muy rápido y da instrucciones. Los músicos enchufan y le meten para adelante. ¿Prueba de sonido? Bueno, así podrían considerarse los primeros diez minutos del show, que dura veinte. A nadie le interesa. A la derecha de Lescano se ubica su hermana Romina, corista pequeña, atractiva e inaudible a la que el cantante parece muy apurado por vender (literalmente, aunque en joda); a la izquierda está el guitarrista del grupo, con gorra jamaiquina y remera de Bob Marley; atrás, dos percusionistas y un bajista chiquito que parece un accesorio de su instrumento.
Mientras la gente arde, varios de los Decadentes se enfervorizan al costado del escenario. Otros prefieren la tranquilidad del camarín, donde se amontonan amigos y desconocidos por igual. En las mesas hay gaseosas de nombres rarísimos y whisky de Primera A, sandwiches de miga e instrumentos de viento. Andrea, la fan número uno de los Decadentes, se ríe cuando Cucho le propone formar una banda con ella (rebautizada Oaky) y algunos personajes amigos. “Tendrían que salir todos pintados de plateado”, bromea el cantante. La chica es de las que no se pierden ningún show: se vino en colectivo desde Villa Urquiza y planea volverse en el mismo medio a las 6 de la mañana. Al final, la combi de la banda la acerca hasta Palermo.
Pablo Lescano termina su set y en el backstage lo esperan seis niñas: cada una pagó 5 pesos para sacarse una foto con él. Cumple con el trámite y antes de salir disparado hacia su próximo compromiso, invita a Fidel Nadal a sumarse a la caravana. El ex TTM, que grabó un tema para su próximo álbum en compañía de Damas Gratis, acepta de buena gana.
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